domingo, 17 de noviembre de 2013

Me encantan los juguetes eróticos

Soy Gabriela, me encantan los juguetes eróticos, y quiero compartir mi afición con todos vosotros!


Ya, ya lo se, vais a decir que soy una viciosa, una insaciable, o una chica multiorgásmica de esas con las que muchos hombres sueñan.

Pero no, no soy así. Soy una chica normal, o al menos eso pienso yo, aunque muchos de mis amigos no están muy de acuerdo. Estudio, intento trabajar a ratos, y tengo aficiones como el surf, salir de fiesta, subir a las montañas y uno de mis hobbies favoritos son los juguetes eróticos. 

Me gustan mucho, y la verdad es que no los uso para sustituir a mi novio, sino porque me producen unas sensaciones que me encantan y que a veces son diferentes a las de la vida real, o mejor dicho, diferentes al sexo real.

Yo creo que tod@s tenemos que tener nuestros caprichos, y si todas las personas reconocen que al menos en un momento se han masturbado, ¿qué diferencia hay con usar un juguete diseñado para ello?

La verdad es que mi afición no empezó con los juguetes eróticos en si, sino mas bien con las bolas chinas. Mi madre tenía algunos problemas de salud y su ginecólogo le aconsejó realizar los ejercicios de Kegel, así que una amiga le recomendó las bolas chinas y, después de consultarlo nuevamente con el ginecólogo, éste le dijo que eran una buena idea.

Así que mi madre se compró unas y, no se por qué, compró otras para mi, algo más pequeñas que las suyas. Al usarlas sentía una sensación muy agradable, diferente a otras cosas que había sentido con el sexo real o con la masturbación, así que me imaginé como sería usar uno de esos vibradores que giran dentro de ti. 

Pasaron dos meses y compré mi primer vibrador, uno baratito, de plástico más bien transparente y que funcionaba con pilas y además tenía luces. Lo reconozco, lo de las luces es una chorrada, pero se veía chulo en la foto de la caja.

Aquella sensación me cautivó, rompió todos los esquemas y comencé a ver las cosas de manera diferente. Me encanta el sexo, pero aquello era otra cosa. Yo todavía no quería decir nada a mi pareja, pues no estaba segura de lo que pensaría de mi. 

Pasaron unas tres semanas y una tarde, mientras disfrutaba de mi momento, sentí un ruido extraño dentro de mi amigo de plástico transparente, luego otro, luego un zumbido, hasta que finalmente....nada. Muerto, totalmente muerto, dejándome a medias y con una sensación algo extraña.

Desde ese día empecé a buscar vibradores que fueran de mejor calidad y fui reuniendo una colección que quien la vea pensará que soy una viciosa. Y es que me encantan, y ahora a mi pareja, que ya lo sabe, también. Muchas veces pensaba en que estaba gastando demasiado dinero en ellos, pero luego comparé y me dije, "a ver, ir al cine con mi chico a ver una peli y comprarnos unas palomitas y la Coca Cola cuestan lo mismo que un vibrador normal, y sinceramente...¿qué plan es más excitante?" Creo que dejaré para después contaros la historia de como usar un vibrador en el cine, jaja, pero como ya dije, esa es otra historia.

Así que esa es más o menos mi vida y la razón de este blog, compartir mi afición por esos juguetes tan chulos y dar mis opiniones sobre los que más me gustan, para que otras chicas puedan disfrutar de lo mismo que yo, en caso de que no los hayan descubierto.

Y es que no hay nada mejor que el placer.

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